Brasilia, 16 dic (PL) El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, descartó hoy debatir sobre el tema de la pena de muerte durante su administración que asume el 1 de enero.
«En destaque el diario O Globo de hoy informó que, en mi gobierno, el asunto pena de muerte será motivo de debate. Además de tratarse de una cláusula pétrea de la Constitución, no formó parte de mi campaña. Asunto cerrado…», posteó Bolsonaro en la red social Twitter.
Según el rotativo, el hijo del exmilitar, el diputado federal Edurado Bolsonaro, defendió «la posibilidad de pena de muerte para traficantes de drogas» y puso como ejemplo lo que ocurre en Indonesia para autores de brutales crímenes.
Eduardo Bolsonaro declaró además que un referéndum puede ser usado para consultar a los brasileños sobre el asunto.
«Sé que es una cláusula pétrea de la Constitución, artículo cinco… Sin embargo, existen excepciones. Una es para el desertor en caso de guerra. ¿Por qué no poner otra excepción para crímenes hediondos?», insistió el parlamentario.
Una encuesta del instituto Datafolha, divulgada en agosto, reveló que el 57 por ciento de los brasileños está a favor de la instauración de la pena de muerte en Brasil, lo que supone un aumento de 10 puntos porcentuales respecto a una década atrás (47).
El respaldo de la población a la aplicación de la máxima pena en este país fue el mayor desde 1991, cuando el Datafolha incluyó la cuestión en sus pesquisas.
La muestra también indicó que un 39 por ciento dijo estar en contra de la sanción capital, mientras que un tres no respondió, según el estudio que entrevistó a dos mil 765 brasileños en 192 municipios entre el 29 y 30 de noviembre de 2017.
Con un margen de error de dos puntos porcentuales, el sondeo expuso que el apoyo a la pena de muerte es mayor entre la población más pobre y entre los hombres.